Cuando las personas no tienen metas, la energía se dispersa, se disipa, no hay criterios ni indicadores para medir los avances o resultados, porque no sabemos a dónde nos dirigimos. Como explicaba el psiquiatra austriaco Viktor Frankl en su obra El hombre en busca de sentido, tener metas es lo que orienta los esfuerzos, es el elemento que aporta sentido. Por eso, las personas y los equipos debemos tener un fin en mente.

Las metas llevan asociadas una serie de propiedades que son de tres tipos: cognitivas (siempre que se persigue una meta, se elabora una representación mental de la misma), afectivas (asociadas a componentes motivacionales o emocionales de atracción o rechazo) y conductuales (que suponen algún tipo de actividad en dirección a la consecución de la meta).

El psicólogo estadounidense Edwin A. Locke, profesor de motivación y liderazgo en la Universidad de Maryland, formuló la teoría del establecimiento de metas. En ella, se destacaba el papel motivador de las metas en el comportamiento de las personas dentro de las organizaciones.

El establecimiento formal de objetivos o metas ejerce un efecto positivo en la motivación y en el desempeño, aumentando el nivel de ejecución. Sólo la intención de alcanzar una meta ha demostrado ser un elemento motivador. Entre las razones para ello destacan:

–    Tener un objetivo claro y definido, ayuda a dirigir y focalizar nuestra atención y esfuerzo, así como a conseguir y utilizar los recursos necesarios.

–    Las metas actúan como retos, alentando la realización de esfuerzos.

–    Fijar un objetivo facilita que surjan alternativas creativas para conseguirlo.

–    Cuanto más específicas, concretas y definidas sean las metas, más motivadoras resultan.

–    Las metas con un nivel moderado de dificultad, pero viables, conducen a un nivel más elevado de rendimiento que cuando son extremadamente fáciles.

–    Se ha demostrado que el feedback informativo sobre el desempeño influye positivamente en el mismo.

metas-equipo

Por todo lo anterior, resulta imprescindible que si tu responsabilidad está relacionada con la dirección de un equipo destines un tiempo esencial a la definición con cada persona y con el equipo en su conjunto de las metas y objetivos a conseguir en el espacio temporal que se determine.

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