Dentro del itinerario de acompañamiento a mujeres emprendedoras que lidera el Departamento de Promoción Económica de la Diputación Foral de Bizkaia y coordina Bilbao Metropoli-30, este año hemos incluido un taller destinado en exclusiva a que las emprendedoras calculen de manera objetiva el precio de su hora de trabajo. La pasada semana, este taller ha sido impartido, con gran dinamismo, cercanía y, como no podría ser de otra manera, con mucho humor, por Marian Eguskiza de Interalde, en representación de EmakumeEkin.
A continuación, me gustaría resumir algunos de los puntos que desarrolló Marian y que acompañaron a las participantes en este proceso:
- En primer lugar, es preciso eliminar la barrera de que no se puede vender a determinado precio. No existe un precio pre-establecido para los productos y servicios. Otra cuestión es conseguir quién lo pague.
- En segundo lugar, es necesario conocer el precio de tu competencia en una horquilla de mínimos y máximos. En caso de no disponer de esta información, puede resultar interesante hacer el ejercicio de investigar a este respecto.
- A continuación, es necesario detallar lo que cobras actualmente por hora facturada. ¡Ojo!, facturada no es sinónimo de trabajada.
- Por otro lado, Marian recomienda establecer el salario neto que quieres llevarte a casa todos los meses, junto con la estimación o no de pagas extras. El que deseas, no con el que te conformarías.
- Una vez detallado lo anterior, entramos en el apartado de seguros. En este bloque, hay que tomar decisiones conscientes sobre la base de cotización a Autónomos. Esta decisión puede estar determinada por el estado de la empresa en el momento actual, pero también hay que decidirla en función de las necesidades futuras en términos de bajas, incapacidades o pensión de jubilación. Igualmente, es necesario contemplar posibles aportaciones a EPSV o a posibles seguros médicos privados.
- Después de todo esto, entramos en el cálculo de los gastos generales que incluyen alquiler de local, transporte, material fungible, formación, etc.
- Finalmente, es preciso determinar las horas de trabajo al año, la duración de la jornada diaria, así como el número de vacaciones y festivos. Y dentro de todo ello, la distribución del tiempo de trabajo real en labor comercial, formación, viajes, imprevistos e incobrables y horas facturadas.
Con todo ello y una magnífica tabla Excel, aparece, por arte de magia, el precio que, en función de todas estas variables, debería tener la hora de trabajo.
Más allá del cálculo objetivo, en este post me gustaría destacar algunas reflexiones sobre las dificultades que las emprendedoras descubren, especialmente en coaching, a la hora de fijar un precio al trabajo emprendedor.
- Por un lado y aunque estas dificultades no son exclusivas, ni mucho menos, de las mujeres emprendedoras, sí es cierto que se manifiestan con un marcado sesgo de género.
- En este sentido, roles en los que tradicionalmente no se le han asignado a las mujeres responsabilidades de proveer su propio sustento y el de su familia, pueden dificultar la valoración realista del trabajo.
- Otro tipo de variables y creencias limitantes pueden igualmente ejercer su influencia al debilitar la confianza en una misma, el sentido de auto-eficacia, una autoestima saludable y realista, etc. De hecho, la mayor parte de las emprendedoras confiesan no tener ningún problema en vender o poner precio a productos o servicios cuando trabajaban por cuenta ajena. Las dudas y dificultades surgen, a decir de ellas mismas, en el momento en el que sienten que a través de su servicio, son ellas mismas las que están siendo evaluadas o valoradas.
- De hecho, cuando ellas tienen que contratar a alguna persona, a la hora de establecer su salario suelen considerar su nivel de conocimientos, experiencia, habilidades, tareas y responsabilidades asignadas, etc. Sin embargo, sí son capaces de “hacerse trampas”, cuando de lo que se trata es de asignarse un salario a sí mismas.
Para finalizar, la inclusión de este taller en el itinerario ha venido derivada de la constatación de una clara necesidad en este sentido y del claro sesgo de género que manifiesta. El objetivo no ha sido dar a las emprendedoras el precio/hora de su servicio, sino un dato objetivo que les ayude a tomar conciencia de las variables que intervienen en la salud financiera de su empresa y herramientas para evaluar de manera más objetiva su aportación de valor.
Y ahora, ¡manos a la obra! Zorte on! Eskerrik asko Marian!
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