Me da la sensación de que la motivación se está convirtiendo en nuestros tiempos en la piedra filosofal para personas y organizaciones. Nos empeñamos a nivel individual y colectivo en lograr la motivación necesaria que nos lleve, ni más ni menos, a conseguir nuestros logros. Es algo así como la panacea del éxito, vaya.

Me gustaría compartir contigo en este y en futuros posts algunas reflexiones al respecto, sobre este tema apasionante que, al mismo tiempo, me resulta de una extraordinaria sencillez. A veces las cosas más sencillas, son las que más cuestan, ¿verdad?

Para empezar: ¿qué es esto de la motivación? Etimológicamente, esta palabra viene del verbo “moveré” que es un verbo de acción que implica movimiento, acercamiento hacia algo (un deseo, una meta, un objetivo…). Es decir la motivación tiene en la mayoría de los casos una parte de visibilidad. Cuando hay una conducta activa hacia un logro, hay motivación.

Al margen de su origen etimológico, en lenguaje llano, la motivación es algo así como “tener motivos”, es el “porqué” de una conducta. Esclarecedor, ¿no? Si alguien no tiene un motivo del tipo que sea para esforzarse, no lo va a hacer nunca, aunque finja lo contrario ante sí mismo/a y ante el resto.

Además de su significado, me gustaría compartir contigo algunas consideraciones generales:

  • Normalmente pensamos que la motivación es algo así como un interruptor on-off, y que estamos motivados/as o desmotivados/as, pero parece que esta variable funciona más como un continuo que puede estar encauzado en distintas direcciones. Quizá esté desmotivada para salir a correr, pero no para ver la tele.
  • Podría decirse que hay tantas motivaciones como personas y circunstancias, porque no se trata de que determinados elementos den lugar, como en las ciencias exactas, a un grado de motivación x, sino que es cada persona la que “tamiza” lo que le ocurre y percibe y en función de sus expectativas, sus experiencias y sus atribuciones, tiene un grado mayor o menor de motivación hacia un objetivo o meta.

Los expertos en psicología de la motivación han desgranado causas y orígenes de nuestras conductas y entre ellas, han hecho clasificaciones, de las que yo voy a rescatar a continuación dos muy sencillas:

  • Por un lado, hay motivos primarios, innatos o biológicos que tienen que ver con la subsistencia y que son comunes a todas las especies. Por otro lado, se encuentran los motivos secundarios, adquiridos o sociales. Normalmente son producto de un proceso de aprendizaje y están relacionados con el crecimiento personal de las personas. Estos últimos parecen ser exclusivos de los seres humanos.
  • Por otra parte, hay una clasificación que habla de motivación extrínseca, como medio para conseguir un fin y que está regulada por el ambiente en forma de estímulos que actúan como reforzadores y de motivación intrínseca, que surge por propia satisfacción y que no depende de ninguna circunstancia externa.

Lo único que pretendo con estas dos clasificaciones es ofrecerte un acercamiento básico a la inmensa complejidad de elementos causantes de nuestra conducta, pero que al mismo tiempo sirven para auto-analizarnos o analizar comportamientos ajenos tratando de ubicarlos en algún lugar de esta división. Y en cuanto a la relación entre motivación intrínseca y extrínseca, te resumo a continuación algunas de las conclusiones principales:

  • Con motivación intrínseca, se seleccionan tareas de dificultad y creatividad moderadas; con motivación extrínseca, metas menos creativas y más fáciles.
  • Cuando una tarea se mantiene sólo por recompensa exterior, cuando cesa el premio, cesa la tarea.
  • En una actividad voluntaria, la motivación interna es alta.
  • Los factores extrínsecos que informan sobre nuestro desempeño facilitan la motivación interna, pero los controladores la disminuyen.
  • Pero, para acabar, me gustaría destacar el denominado Efecto de la Sobrejustificación o la paradoja del incentivo. Cuando una persona está intrínsecamente motivada, si se le ofrecen premios externos que incentiven su conducta, curiosamente lo que ocurre es que su motivación intrínseca descenderá, porque estará sobrejustificada. Cuando una persona no está intrínsecamente motivada, los premios externos pueden aumentar su interés, pero si existe ya una motivación interna, cuidado porque los premios pueden desbaratarlo todo.

motor-motivacion

Antes del siguiente post, te dejo algunas reflexiones:

¿Tratas de ofrecer incentivos externos para que las personas de tu entorno afronten una tarea? ¿qué resultados has obtenido? ¿te mueves más por recompensas externas o por deseos internos?

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