Me parece saludable y necesario partir de una definición de lo que significa equipo y sobre todo, diferenciarlo de otro concepto muy cercano que es el de grupo, porque, ni mucho menos, hacen referencia a la misma realidad.
Para ello, rescato la definición de equipo de Jon R. Katzenbach (autor y consultor conocido por su trabajo en la organización informal) y Douglas K. Smith (experto en cambio en organizaciones del sector público, privado y non-profit), en su artículo pionero de 1993, “La disciplina de los equipos”, al objeto de analizarla contigo:
“Un equipo es un pequeño número de personas con habilidades complementarias, comprometidas con un propósito común, un conjunto de metas de desempeño y un enfoque por el que se siente solidariamente responsables”
1. El primer ingrediente, tiene que ver con el número de personas que lo componen. En la definición hacen referencia a un “pequeño” número. ¿Cuánto es pequeño y en relación con qué? Por mi experiencia, os diría que un equipo suele oscilar entre 6 y un máximo de 10/12 personas. ¿Por qué? Porque como veremos a continuación, tiene que ser un número suficientemente importante como para provocar complementariedad entre las aportaciones de sus miembros, pero al mismo tiempo no debe resultar excesivo, al objeto de garantizar una interrelación intensa entre las personas que lo componen. De lo contrario, la cantidad y calidad de esas interacciones tiende a reducirse y esto impacta de manera negativa en el funcionamiento del equipo.
2. En segundo lugar, los equipos los forman personas con habilidades complementarias. Enrique Sacanell, uno de los magníficos profesores que tuve en mi formación como coach de equipos en el programa de Emana, utilizaba una frase que me parece reveladora al respecto: “Si en un equipo dos se parecen mucho, sobra uno/a”.
En cuanto a las habilidades que se precisan, estas vendrían derivadas de lo que resulta necesario para poder desarrollar el propósito, la tarea para la que esas personas se constituyen como equipo. Es muy importante considerar con detenimiento estas necesidades en el momento de la selección del equipo. Otra cuestión paralela es que el equipo, como entidad distinta de las partes que lo constituyen, tiene gran poder para desarrollar habilidades que quizá inicialmente no estaban presentes en sus integrantes individuales. Esta capacidad de desarrollar nuevas herramientas dependerá, sin embargo, de otros factores.
3. El tercer elemento de la definición, es el propósito compartido u objetivo común, con el que se comprometen todas y cada una de las personas que componen el equipo. Esta cuestión tiene una gran trascendencia porque supone la razón de ser del equipo. Es por lo tanto un elemento clave, pero además resulta fundamental de cara a la motivación, cohesión y energía emocional de las personas.
4. Como cuarto factor, este propósito, para que sea realizable, necesita concretarse en metas y objetivos específicos y medibles, que permitan al equipo seguir el progreso realizado y mantener su nivel de responsabilidad.
5. Finalmente, las/os miembros de un equipo se sienten solidariamente responsables del propósito, y de las metas y objetivos que se asignan. Esta responsabilidad, por lo tanto, tiene una vertiente individual y otra colectiva. Por un lado, cada persona debe responder de las tareas que le corresponden y de cumplir sus compromisos en la forma y plazo que se establezca. Por otro, el equipo responde de sus éxitos y fracasos como colectivo y debe asumir su parte de responsabilidad en el funcionamiento global y en los resultados que obtiene.
Por contraste, en un grupo las habilidades individuales suelen ser similares; no hay cohesión porque realmente las personas del grupo no se necesitan unas a otras para cumplir sus objetivos; suelen estructurarse jerárquicamente; sus reuniones suelen ser informativas o de rendición de cuentas, pero el elemento más diferencial es que no existe un propósito compartido y su responsabilidad es individual, no colectiva.
Te dejo una cuestión al respecto, ¿es siempre necesario un equipo?
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Eskerrik asko! ¡Gracias por la visita!
Interesante elucubración, Idoia! Hemos hablado muchas veces de ello en el contexto deportivo. Por seguir con el «ejercicio», los remeros de una trainera son un equipo? Y los de un «equipo» de rugby?
Pero me interesa más analizar el rollo diferente que adopta una misma persona según el contexto y cómo puede ser moldeado para una mejor integración en equipos, conjuntos, grupos… de trabajo o de contexto social.
Ánimo!
Gracias por tu aportación Ana. Efectivamente los contextos nos llevan, a través de climas e inercias, a comportarnos de distintas maneras. La clave es conseguir entornos que nos lleven a situaciones de motivación, afrontamiento positivo, empoderamiento, pro-actividad y, sobre todo, satisfacción y bienestar. La cuestión es que se construyen de manera colectiva, por lo que cada persona puede y debe aportar en esa construcción. Seguiremos debatiendo en futuros posts!!! Un abrazo.